Gabriel Boric será el jefe de Estado más joven y más votado en la historia de Chile. Su período estará marcado por incertidumbres y también por la esperanza. Conociendo sus primeros pasos como dirigente, nos invita a creer en un cambio posible para la Educación. Porque pese a ver avances reales en Chile, siguen existiendo brechas que impiden que el sistema educativo chileno sea garante de calidad. En Educación Técnico Profesional (TP), entre otros, existen la Política Nacional de Educación TP, la Estrategia de Educación TP y el programa Futuro Técnico del Mineduc, que nos permite trabajar en red y levantar líneas de acción que contribuyen a la mejora del sistema.
En la región existe una importante articulación de trabajo donde participan la Seremi de Educación, la CChC, Cran Chile, Essal y GTD, entre muchas otras. A la fecha son 64 empresas, 8 instituciones de Educación Superior y actores del servicio público que coordinan esfuerzos junto a los 33 establecimientos de EMTP. Sin embargo, siguen existiendo desafíos porque la Educación Técnica sigue siendo vista como el “pariente pobre” de la Educación.
En Los Ríos, la EMTP reúne a un poco más de 4300 jóvenes. El Índice de Vulnerabilidad Escolar de estos establecimientos es superior al promedio nacional, que alcanza un 80,7%. Solo 9 establecimientos alcanzan entre 80% y 90% mientras que 24 liceos presentan más de 90%. En este contexto, donde se encuentran los y las estudiantes más vulnerables del país, todas las perillas del engranaje tienen un rol importante para activar el potencial emancipador que debiera tener la Escuela y avanzar a una sociedad más justa.
Desde ONG Canales planteamos la necesidad de que las empresas, los gremios y las instituciones de educación superior asuman ese rol. Es imprescindible que el mundo productivo y el de la educación superior aporten directamente en la formación de las y los futuros técnicos, entregando herramientas y generando espacios de aprendizajes dentro y fuera de sus dependencias, haciendo que esta educación sea más pertinente, de mejor calidad y permita procesos coherentes de continuidad de estudios.
Invitamos a nuestro nuevo Presidente a poner foco en la educación TP para ayudar a concretar las esperanzas de jóvenes, docentes, directores/as y comunidades de aprendizaje. Por mientras, no olvidemos nuestra capacidad de organización. De pensar la educación desde el terreno y de proponer soluciones en base a nuestra reflexión. Tenemos la oportunidad histórica de impulsar, desde las regiones, el desarrollo de nuestro país a través del fortalecimiento de la educación TP, tal como lo hacen en otros países como Alemania, Canadá o Suiza. ¿Por qué no desde Los Ríos?